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Un lugar para esquiar como en la nieve, a metros de Panamericana

Un sitio escondido en Vicente López para quienes quieren tirarse de la cima apenas llegan a la montaña. Y para ir bien entrenados.

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Nada indica que en este enorme predio en Vicente López, junto a una pileta olímpica y canchas de tenis de un polvo de ladrillo impecable –valga el oxímoron–, se encuentra Skibaires, el primer centro de esquí y snowboard indoor de Buenos Aires.

Bordeando las otras instalaciones del Banco Nación, muy al fondo y retirado del bullicio próximo a Panamericana, funciona esta escuela que es también centro de entrenamiento.

Niños, jóvenes, adultos, mayores. Se ven todas las edades esta tarde de miércoles lluvioso. No es una postal extraña: a Skibaires viene a aprender a esquiar todo el espectro etario porque la hacen fácil, porque son profesionales, porque los resultados se ven de inmediato. Y porque es muy divertido.

Uno de los simuladores de Skibaires

“En Skibaires  aprenden alumnos de todas las edades de forma efectiva y rápida la técnica del ski&snow, superan las frustraciones y se sienten seguros para afrontar los rigores de la montaña, en todas sus condiciones”, señala el sitio www.skibaires.com.

Todo empieza en alguno de los simuladores (rodillos con una alfombra que se desliza debajo de los pies) o el plano inclinado (una tarima alfombrada con pendiente), desparramados por el salón, que se recortan sobre gigantografías de picos nevados.

El equipamiento completo lo aporta el lugar y solo hay que pararse, mantenerse erguido, girar, deslizarse… es decir esquiar sobre estas alfombras que imitan el descenso por la montaña.

Los alumnos transpiran durante esta hora intensa en la que se hacen de a 200 o 300 movimientos equivalentes a todo un día en un centro de esquí.

Para colmo, acá no hay sillas donde montarse para subir, por lo que las cuestas se trepan paso a paso, de costado, como pidiendo permiso un pie al otro, ambos calzados con esquíes y sus respectivas botas.

Tras su clase, Carolina dice que vino a aprender a esquiar para vencer el miedo, para dejar de quedarse horas en la base y ver desde afuera cómo su familia se divierte en las pendientes. Al principio la ayuda Gabriel, uno de los profesores, y al final se anima a tirarse por el “plano inclinado”. Así le llaman a esa pendiente de césped sintético que da la sensación de caída, como en la montaña.

“Queremos que se saquen el miedo, que no la pasen mal en la nieve, sino que vayan con confianza para disfrutar de este deporte”, explica Aníbal Basso, el creador de esta maquinaria que desde 2005 saca esquiadores a las pistas.

El plano inclinado da la sensación de caída como la pendiente de la montaña

Luego de las 6 o 10 sesiones que son ideales para conseguir el objetivo, se logra entender la técnica del gesto que se hace al esquiar, tras la repetición continua de los movimientos, casi una obsesión de los profesores, que personalmente y con una firmeza simpática indican a cada alumno cómo mejorar la posición.

“Con un buen plan de aprendizaje, cuando llegás a la nieve tenés todo resuelto, ahorrás tiempo, dinero y disfrutás del deporte”, afirma Aníbal. “Vas a estar tres temporadas encima de los que recién empiezan”, asegura.

Solange Esseiva saluda a cámara desde la cima de algún pico nevado y comparte en las redes sociales: “En seis sesiones mi marido y yo aprendimos a esquiar y nos sentimos muy cómodos desde el primer día en la nieve”.

Dicen en Skibaires: misión cumplida. Otra vez.

Dónde

Skibaires: Zufriategui 1251, Vicente López, Provincia de Buenos Aires

IG: skibaires

Cel: 153 254 8990

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