Eventos & Ocio, Gastronomía, Cultura, Municipios

Austria: el restó de comida casera al estilo austríaco en el Bajo de San Isidro

Creado hace 15 años por los chefs Diego García Tedesco y Johnnie Giebert, es un bodegón de comida riquísima, simple, en el que conviven stpaetzels, goulash, kasler, empanadas fritas, milangas y bifes de chorizo. Lo mejor de dos mundos.

0

Un restó de comida casera al estilo austríaco, se definen en Austria. Y uno no da más de ganas de ir por un goulash con spaetzel, por sus embutidos o su strudel de manzanas.

Así que uno va, se empieza a enamorar de esa casona que los sanisidrenses ya identifican como el Club Austria, con su fachada de postigos de madera y ladrillo visto y, a lo bodegón generoso, su pizarra con el menú del día.

Es entrar en este restaurante del Bajo de San Isidro y empezar a sentir un ambiente familiar y de amigos: su patio encantador, con parras y todo, el salón luminoso o de luces tenues por las noches, en el que se desparraman mesas de pool y metegol y los frascos a las vista de escabeches y relishes.

Y a lo que vamos: su comida. “Hacemos comida del centro y norte europea, más comida de bodegón”, dice su chef y propietario Johnnie Giebert, pinta de vikingo, estirpe de alemanes que se instalaron hace generaciones en Entre Ríos: un tatarabuelo creador del extracto de carne bovina que revolucionó la industria cárnica del mundo, el frigorífico Santa Elena, campos y ganado, mucho ganado.

La vaca, la carne, su proceso, el valor agregado… todo está en el ADN de este cocinero.

Johnnie fue durante años socio del gran Diego García Tedesco, y ahora con sus nuevos partners Martín Muller y Martín Baudo, crearon Good Roots, un grupo gastronómico con 10 unidades de negocios y más de 300 empleados, que incluye también la mejor panchería del mundo -a nuestro entender- La Pancha y el Café, el restaurante Basta de Humo, la cadena Foresdan, La Chicha Pizza, y más…

Pero volvamos a Austria, porque nos tentamos con el wiener schintzel (un escalope vienés), el goulash, los embutidos, la pesca del día o la comida más argenta que también caracteriza este espacio único: milanesas potentes, empanadas fritas de carne cortada a cuchillo, buenas pastas caseras y hasta el clásico bife de chorizo con papas fritas a caballo.

“Hacemos una comida sincera con materias primas de calidad; buscamos contar todo lo que se pueda del plato hacia atrás (o trazabilidad)”, nos explica.

¿Por favor chef Johnnie podría orientarnos sobre qué pedir? Cómo no, dice, y nos ofrece lo siguiente -y cada bocado es una exclamación de felicidad. Miren:

-Goulash con spaeztles: está de moda, pero acá lo hacen como los mejores;
-Empanadas: fritas, se desarman, se les escapa el jugo, son crocantes;
-Degustación de salchichas (tienen una carta con mas de diez variedades de embutidos hechos en casa);
-Kasler (chuletas) con chucrut y relish de mostaza;
-Rosca polaca, curry wurst y chucrut (“Todos los embutidos, ahumados y encurtidos se hacen en nuestras cocinas”): pruébenlo.
-Strudel de manzanas con helado o crema neutra: crocante por fuera, tierno, sabroso.

Porque todo es lo que parece, que es la definición de honestidad; por la cocina muy riquísima y tan simple; porque entrar a este club es viajar sin escalas; por la excelente relación precio calidad; por su chef, Johnnie, tan humilde como grosísimo, destacamos a Austria como el restaurante necesario, que debería estar siempre, al que queremos volver.

Deja una respuesta