Experiencia real: Estamos invitados a tomar el té en el lujoso Palacio San Souci
Como en la Belle Époque, se puede disfrutar en salones imperiales con vista a los jardines creados por el paisajista Carlos Thays.
En el Palacio Sans Souci, una de las joyas arquitectónicas de la zona norte, la pandemia reavivó a la tradicional ceremonia vespertina por excelencia: el five o’clock tea. Nos recibe el majestuoso edificio neoclásico de 1900 y es imposible resistirse a una batería de selfies con los jardines diseñados por Carlos Thays de fondo.
Organizado por Sol Durini, una de las actuales dueñas, y Martha Inés Springer, event planner y una coleccionista de vajilla antigua digna de admiración, ahora es posible tomar el té en este escenario maravilloso.
Juntas decidieron lanzar, en noviembre del 2020, la propuesta de tomar el té en el Sans Souci, para celebrar cumpleaños, compromisos, ocasiones importantes como el día de la madre o simplemente para vivir una experiencia diferente. Este domingo, a las 17, se podrá celebrar el día de la madre, sólo con reserva previa. La cita es a las 17 y el valor por persona, $2.300.
La propuesta es la de un té criollo muy alejado de la patisserie francaise con macarons, croissant y pain au chocolat. Aquí la mesa es servida en vajilla de porcelana -que merecerá toda una descripción aparte- donde serán protagonistas los lemonies, brownies, un robusto budín de banana con nueces de pecán y coquetos alfajorcitos de masa sabble con dulce de leche.
![]()
Antiguo juego de té japonés en relieve, pintado a mano.
No faltarán los triples de jamón y queso, budines y scons de queso rellenos de salmón y queso blanco con ciboulette y bocaditos con salmón ahumado. Se bebe jugo de naranja, té en hebras y variedades de Twinings con nada que envidiarle a la tienda de 216 Strand en Londres.
El Sans Souci es un edificio dotado de glamour y encanto. Su construcción fue encargada en París en 1914 por Carlos María de Alvear y su esposa, Mercedes Elortondo. La experiencia palaciega de disfrutar una tarde de té en algunos de sus salones es digna de ser vivida.
De Irlanda a Bulgaria, una colección de vajilla única
Uno de los espacios más exquisitos, sobre todo en esta época del año, es el jardín de invierno, con una increíble vista al jardín exterior y la pileta del palacio.
La galería y sus terrazas, si el clima lo permite, también puede vestir mesas para esta costumbre real. Y en ocasiones, el encanto de la taberna y el “teatrito” se proponen para el té en un entorno donde abundan los libros temáticos, paraguas coloridos que brotan del techo y unas simpáticas muñecas Mamushkas de tela, que conservan la temperatura de las teteras.
La colección de teteras, tazas y platos es producto de viajes por el mundo en el caso de Sol Durini (de carrera diplomática) y de una incansable búsqueda por anticuarios de parte de Martha. Las hay gordas y panzonas con capacidad para dos litros de té. Hay colecciones por décadas y países, traídas de Rusia, China, Siria, Bulgaria, Irlanda y Marruecos. Por supuesto también hay inglesas y nacionales de época.
Algo único de ver por estas latitudes es el samovar ruso, que tienen dos. Se trata de un recipiente metálico en forma de cafetera alta, con chimenea e infiernillo, que sirve para preparar, conservar y servir el té. Con el paso de los siglos, se convirtió en un ícono de la cultura rusa del té.
Los té se realizan una vez por semana, con aforo. Puede ser sábado o domingo. Si se utiliza el Salón Imperial, la mesa se pone para 50. Y en le jardín de invierno, unas 30. A veces puede sorprender una propuesta artística en vivo, como lectura de poesía y música jazz o fado portugués. Una experiencia imperdible.
Dónde: Paz 705, Victoria.
Reservas: Por whatsapp al 115-020-3440. Cupos limitados.
Valor: $2.300 por persona. No se suspende por lluvia. Incluye estacionamiento.
Visita guiada por el Palacio Sans Souci: A las 16hs, con un costo de $700 por persona.