
Las clásicas recetas para Rosh Hashaná, el año nuevo judío, preparadas por una vecina que se reinventó en Pandemia
Se llama María Agustina Sauré y su abuela materna inspiró Malka, un delivery de comida judía que debutó en 2021.
Durante las primeras horas de la tarde de este lunes 6 de septiembre, la comunidad judía en el mundo comenzó a vibrar la llegada de un nuevo año judío, el Rosh Hashaná, que inició con la aparición de la primera estrella de la tarde y el sonido del shofar, un antiguo instrumento de viento hecho a partir del cuerno de un carnero.
El arribo del año 5782 desde la creación del mundo, o como alguno sabios sugieren, desde la creación del hombre es, además de una fiesta religiosa, una celebración gastronómica que une sabores, colores, tradición y mucha herencia familiar. Y además, un despilfarro de sabores que no son habituales en occidente.
La pandemia, como toda crisis, fue una excusa para que muchos se reinventaran. Y eso le pasó a María Agustina Sauré, una diseñadora gráfica y madre de tres, que en mayo se convirtió en el primer delivery de comida judía de San Fernando.
“Un vecino, Fabián, al que le hago Jalá para Shabat (estimado lector, si no conoce los términos, al final contamos ¡todo!) me dijo: – Tendrías que ofrecer y vender a domicilio. Mi hija mayor, Coral, me sacó una cuenta en Instagram, @malka.cocina, subimos las fotos y empecé a vender”, recuerda entusiasmada.
Entre sus delicias para estas fiestas -y para tenerlas en cuenta todo el año- se destacan los sanguchitos de pastrón, el pletzalej caserito, los knishes de papa y boios de verdura y el tradicional Leicaj que se comerá la semana próxima, durante la celebración de Iom Kipur.
“Mis abuelos Raúl Frost e Hinda Malka Plotno nacieron en Polonia y llegaron a la Argentina con 5 años, escapando de la guerra. Todo lo que cocino lo aprendí de ella, que le enseñó a mi mamá, y ambas me educaron en este arte gastronómico”, admite.
Comenzó preparando Jalá y Pletzalej, después fue incorporando platos de la cocina judía -porque no hay mucha oferta en Zona Norte- y el año pasado, como no se podía circular, los vecinos le empezaron a encargar. “Feliz sin importar el cansancio, agradecida por todos los pedidos recibidos y orgullosa de que Malka esté presente en las cenas de tantas familias que hoy celebran la llegada de un nuevo año. Festejemos que podemos estar juntos, sentados a la misma mesa”, deseó Agustina desde su flamante cuenta. Ahora sí, conozcan sus platos dedicados y ¡Shaná Tová Umetuká!
Las recetas de la abuela Malka
- Jalá Agulá: Este pan se prepara es especialmente para Rosh Ashaná. Se trenza en forma circular y eso tiene que ver con un ciclo que termina y otro que empieza en un nuevo año. Es dulce, como la manzana con miel que se come para que se tenga un año afable. Lleva semillitas de sésamo y almíbar.
- Jalá tradicional: En toda mesa de celebración (excepto Iom Kipur, que no se come harina) se bendice y se comparte. La receta es una masa de levadura, agua, huevo, es un pan muy tierno y lleva un poco de azúcar aunque no es dulce, y por arriba semillitas de amapola, y se trenza de 6 tiras, que Agustina aprendió con un video de Youtube ¡y en hebreo! que le mostraron sus tíos de Israel.
- Pastrón y pletzalej: El pletzalej es un pan con la misma masa que la jalá sólo que arriba lleva cebollita que se cocina con el pan. El pastrón casero lleva 5 días de preparación. Se deja macerando en heladera y se cocina en el horno, a baño María, entre una hora y media y dos horas.
- Knishes de papa: Son los más requeridos de las fiestas porque les encanta a todo el mundo. Masa, papa y cebollita, simpleza absoluta. Agustina recomienda saltear siempre la cebollita en aceite de maíz y subraya que la papa no es puré sino hervida, cortada en cubitos y pisada. “Ni manteca, ni leche, ni nuez moscada: nada”, insiste.
- Babka de chocolate: Es una mezcla de budín, con factura y almíbar. La hago con cacao amargo en polvo, chocolate amargo y media cucharadita de canela. Esa masa se pinta , se enrolla y se corta . Es como mezcla de budín, con factura y lleva almíbar. Hay otra versión de amapola.
- Leicaj: Es la estrella en Iom Kipur, el Día del Perdón. Se trata de un budín de miel, que algunos todavía debaten si se hace con café o té. Agustina lo resolvió muy fácil: “lo hago con ambos, preparo un té hecho en café”. Hay gente que le agrega pasas, pero el tradicional no lleva nada. Se hornea de forma rectangular, como un brownie. En los templos cuando se rompe el ayuno se ofrece de esa manera. “Mi abuelo lo acompañaba con un vasito de grapa. Y a los dos o tres días de preparado es más rico todavía”.