
Chillin’: una cafetería con aires de Miami para relajarse en Martínez
Café italiano, pastelería para golosos y comidas saludables en formato pick up, la nueva propuesta en Av. Fleming.
De vez en cuando entra algún actor de Telefe, el canal que está a pocas cuadras sobre la muy ruidosa, transitada y también imprescindible Av. Fleming.
Pero el público de Chillin’ parece no mosquearse, entretenido en charlar, tomar un café rico (el tope de gama de Segafredo) o comer alguna de las exquisiteces que tientan desde la vitrina.
Ya desde el nombre, apócope canchero de chilling -relajado-, el lugar aparece por sorpresa, con su estética inspirada en Miami, sus paredes tan blancas que enceguecen, la madera suave de las sillas y el mostrador, y las plantas que se derraman en todo el local.
Esta cafetería con formato pick up y propuestas livianas para el mediodía, nació en diciembre de 2019, poco antes de que se declarara la pandemia.
Fue un deseo concretado de los hermanos Ignacio (35 años, administrador de empresas) y Jerónimo Lalia (30 años, marketing), con experiencia en gastronomía y un apellido asociado a las medialunas y facturas.
Ignacio es dueño también de Quibeluma y su papá, de la famosa panadería Delizias, en La Horqueta.
Ajena a lo que vendría, Chillin’ surgió también como un espacio de coworking para 50 personas; resistió cierres, aforos y continuó su marcha tranquila hasta convertirse hoy en uno de esos lugares a los que se llega por casualidad y se vuelve por ganas.
“Sentimos que le volvimos a dar vida a la zona”, sonríe Ignacio y asiente su hermano, sentados junto a la ventana, en una mesa de tapa blanca en la que se recortan figuras de colores.
Un público joven, oficinistas y adolescentes, aceptó esta propuesta que sus dueños definen como coffee house, y que se asoma en Fleming y Cuyo, en la localidad sanisidrense de Martínez.
“Somos un café y pastelería con anexado de comida para que los que trabajan en las oficinas de la zona tengan opciones saludables para el mediodía”, afirma Ignacio.
Si nos guiamos por los preferidos de los propietarios, deberemos probar el brownie con dulce de leche, bañado en chocolate y cereal; el increíble Da Bomb, un profiterol relleno de crema y nutella o crema de maracuyá; y el alfajor de nuez con mucho dulce de leche.
Variedades de sándwiches, un plato del día (como lomo y boniato o wok de arroz), y pastelería que no cuenta las calorías ni amarretea en calidad, en un ambiente que se alza de hombros ante el tráfico de afuera, son un combo al que le dieron la bienvenida habitués y visitantes del barrio.